Las raíces compartidas a través de los lazos familiares son un fuerte arraigo a las tradiciones, la cultura, lo cotidiano. No sabemos bien cómo comenzó todo, pero si recordamos con mi hermana cada verano compartido con nuestra Nona, en el pueblo de la Dormida, Mendoza.

Mi nona, enfermera de profesión, nos contaba sus heróicas historias y vivencias al cuidado de otros. Cada palabra quedó grabada en nuestros corazones, y cuando cumplió sus 90 años, decidimos escribir un libro de 3 cuentos con las historias que más nos habían impactado. 

Así nació:

Y tú que me creías dormida